El té verde japonés tiene una historia rica que combina mitología y tradición, reflejando su profundo arraigo en la cultura asiática.
La Leyenda de Shennong y el Descubrimiento del Té
Según la mitología china, el emperador Shennong, conocido como el «Divino Labrador», vivió alrededor del 2737 a.C. Dedicado a la herboristería, Shennong probaba diversas plantas para identificar sus propiedades medicinales. La leyenda cuenta que, en un solo día, Shennong ingirió hasta setenta y dos plantas venenosas y descubrió que las hojas de té actuaban como antídoto, desintoxicando su organismo. Este hallazgo resaltó las propiedades medicinales del té, estableciendo su importancia en la medicina tradicional china.
Introducción del Té en Japón
El té llegó a Japón en el siglo IX, introducido por monjes budistas que viajaron a China para profundizar en sus estudios religiosos. Estos monjes llevaron consigo semillas de té y conocimientos sobre su cultivo y preparación. Inicialmente, el consumo de té en Japón estuvo limitado a círculos religiosos y aristocráticos, valorado por sus propiedades estimulantes que ayudaban en la meditación y por su simbolismo cultural.
Durante el período Heian (794-1185), el té comenzó a ganar popularidad entre la nobleza japonesa. Sin embargo, fue en el siglo XII cuando el monje Eisai, tras regresar de China, promovió fervientemente el consumo de té en Japón. En su obra «Kissa Yōjōki» («Beber té para la salud»), Eisai detalló los beneficios del té para la salud y su relevancia espiritual, contribuyendo significativamente a su difusión en la sociedad japonesa.
A lo largo de los siglos, Japón desarrolló sus propias variedades y métodos de producción de té. En el siglo XVIII, se perfeccionó el método de cocción al vapor de las hojas, preservando su color verde vibrante y sabor fresco. Este proceso dio origen al «sencha», una de las variedades más consumidas en Japón. Otras variedades notables incluyen el «matcha», utilizado en la ceremonia del té, y el «gyokuro», conocido por su sabor umami y dulzura.
Hoy en día, el té verde es una parte integral de la vida cotidiana en Japón, apreciado tanto por sus beneficios para la salud como por su importancia cultural. La ceremonia del té, o «chanoyu», es una práctica tradicional que simboliza la armonía, el respeto, la pureza y la tranquilidad, reflejando la profunda conexión del país con esta bebida milenaria.
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